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Vídeo-Reportaje:Una breve mirada a los Carnavales en el Mundo.

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Una Mirada a los Carnavales en el Mundo. El vídeo que les ofrecemos en cabecera, recoge algunas imágenes sobre cómo se celebran los carnavales en las diversas zonas y Países del Mundo.

Historia del Inicio del Carnaval:

El carnaval de Venecia,  el más antiguo del Mundo,  ideado para que nobles y plebeyos se mezclasen en una algarabía de diversión anónima. Siglos después, continúa siendo uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad.

El Carnaval, cuyo nombre está compuesto por los términos latinos ‘carnem’ y ‘levare’, ‘carne’ y ‘abandonar’, es una festividad relacionada con el catolicismo, aunque sin estar reconocido como festejo religioso por la Iglesia, que tiene lugar justo antes del inicio de la Cuaresma cristiana, que comienza con el Miércoles de Ceniza. Las fechas son movibles por tanto, aunque siempre coinciden aproximadamente en el mes de febrero. Esta tradición se celebra en numerosos sitios del mundo, siendo los más famosos los de Río de Janeiro, Nueva Orleans y el de  Venecia, el más longevo.

Carnaval de Venecia.

El veneciano, que dura unos diez días y concluye el martes de carnaval, es, sin duda, el más especial y pintoresco. Especial no solo por el frío, ya que durante los festejos las temperaturas son bajas y no es de extrañar que la nieve haga su aparición, sino por toda la historia que tiene a sus espaldas y, sobre todo, por sus disfraces y máscaras.

El origen de esta fiesta está a finales del siglo XI, fecha de los primeros escritos que lo atestiguan, aunque no fue una fiesta oficial hasta que Christopher Tolive, en 1296, lo plantea a las autoridades. Este hombre, secretario del Dux, máxima autoridad de la Serenísima República de Venecia, lo propuso porque creía que era beneficioso que los nobles se mezclasen con el pueblo llano para divertirse. Tras el apoyo definitivo de las autoridades, el carnaval obtuvo una excelente acogida no solo entre las altas esferas sociales venecianas, que veían en el anonimato de las máscaras una excelente oportunidad para desmadrarse, sino también entre las clases más bajas o el clero, que aprovechaban para disfrazarse de la propia nobleza, demonios, monstruos, etc.

La población veneciana continuó disfrazándose durante siglos y siglos, alcanzando su máximo apogeo en el siglo XVIII, momento en el que acudían nobles e incluso familias reales para unirse al jolgorio. En aquel siglo, los gobernantes permitieron incluso ir disfrazados durante la mitad del año y no solo los diez días de rigor.

La magia del Carnaval de Venecia es capaz de revivir la tradición veneciana cuasi milenaria de disfrazarse y ser anónimo durante unos días para divertirse en unas fiestas que devuelven a la ciudad a sus épocas más esplendorosas y coloridas.

Los disfraces de Goethe y Casanova

El escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, que visitó el carnaval de Venecia en más de una ocasión, se paseaba sin máscara ni disfraz por los canales de la ciudad, ya que debido a su tacañería prefería no comprarse ninguna máscara. Él afirmaba que era tan feo que no necesitaba ninguna careta. Al contrario, el aventurero y diplomático italiano Giacomo Casanova, sí se disfrazaba. Lo hacía de Pierrot para poder mezclarse en los bailes de palacio con las cortesanas, acrecentando así su legendaria fama como conquistador.

El origen de la Fiesta de las Marías

Esta fiesta, que consiste en un desfile por la Plaza de San Marcos de las doce jóvenes venecianas más guapas y mejor engalanadas, tiene su origen en el siglo IX. En aquel tiempo, todas las parejas que iban a casarse eran bendecidas durante la Purificación de María. Entre las chicas, se escogía a las doce más pobres y se las ataviaba con ropajes lujosos. En el año 973, unos piratas desembarcaron en la ciudad y raptaron a las jóvenes de aquel año, pero los venecianos lograron rescatarlas y, desde entonces, se celebra esa victoria.

El Carnaval Veneciano queda mermado cuando  se extende por el mundo.

La fiesta quedó profundamente mermada con la aparición de nuevas rutas económicas en América, que debilitaron el potencial de Venecia, y el remate final fue obra de Napoleón cuando prohibió su celebración en 1797, tras la conquista de la ciudad. Desde esa fecha, el carnaval veneciano vivió un largo ostracismo hasta que, a principios del siglo XX, se empezó a celebrar de nuevo.

(1867)