El periodista Carlos Alsina (Onda Cero), hace un análisis repasando lo que supuso el 15-M en la política Española y recuerda que este movimiento sirvió, entre otras cosas, para difundir los mayores embustes sobre el sistema político español.
OPINIÓN- Política Nacional | 15/Mayo/2021 | Hoy hace diez años, el domingo 15 de mayo del 2011 miles de personas acudieron a las manifestaciones celebradas en numerosas capitales de provincias que estaban convocadas bajo el lema ‘¡Democracia real ya!’. Al acabar la manifestación en Madrid, cientos de personas se quedaron de madrugada en la Puerta del Sol para continuar con las protestas. Aquella noche los manifestantes fueron desalojados, pero volvieron a la céntrica plaza dos días después, donde permanecieron protestando y acampando más de un mes.
Las protestas se produjeron en plena crisis económica, «gobernando el socialista José L. Rodríguez Zapatero y habiendo pasado de prometer la salida socialdemócrata de la crisis a tragar con los recortes que le exigieron nuestros socios europeos a cambio de financiarnos el Estado», reflexiona Carlos Alsina en su monólogo.
Las proclamas del 15-M iban «desde la banca pública al tope de los salarios pasando por la eliminación de privilegios de los políticos, el cambio de la ley electoral y la desaparición de la monarquía (la ‘Spanish revolution’)». Además, Alsina reconoce que «sirvió para promover el debate sobre los desahucios en tiempos de recesión, o sobre la llamada pobreza energética».
«El 15-M sirvió para propalar algunos de los mayores embustes de nuestro sistema político»
Sin embargo, Carlos Alsina recuerda que aquel movimiento «sirvió también para propalar algunos de los mayores embustes que se han dicho sobre nuestro sistema político». Entre ellos, que «nuestra democracia de treinta años era falsa, no había democracia real, no se gobernaba para el pueblo, el Parlamento no representaba a la sociedad, la Constitución era una coartada y el sistema estaba atado y bien atado para que aquellas demandas que se hacían en las asambleas de Sol nunca llegaran al Congreso de los Diputados». En definitiva, el 15-M criticaba que en España había «un sistema bipartidista blindado para impedir que la sociedad pudiera defenderse de los poderosos«, comenta Alsina.
«Quien defendía que la democracia era real se le llamaba casta«
Sumidos en ese ambiente, Alsina explica que «a quien se atrevía a objetar que la democracia era real y que para ser diputado sólo se necesita merecer la confianza de un número suficiente de votantes, no se le llamaba fascista –porque el independentismo catalán aún no lo había puesto de moda— pero sí le llamaban casta, establishment, propagandista a sueldo del sistema».
«Diez años después se comprueba que el sistema era mucho mejor de lo que decían»
Diez años después, sostiene Alsina, «se comprueba que el sistema era mucho mejor de lo que los” indignados” sostenían». De hecho, no ha llegado a cambiarse la ley electoral, pero «Podemos -que tuvo la habilidad de presentarse como fruto del 15-M aunque se fundara tres años después- llegó a tener 70 diputados en ese mismo Congreso que decían que estaba blindado contra la ‘Spanish revolution'».
Con todo esto, Alsina da la razón a Errejón cuando dice ahora que pecaron de adanismo: «La arrogancia de creer que todo nacía con ellos, la injusticia de impugnar un sistema que se ha demostrado capaz de reflejar en cada momento la pluralidad de la sociedad».
La dimisión de Pablo Iglesias y la designación de Yolanda Díaz como su sucesora:
Yolanda Díaz debe su liderazgo a un proceso de designación, que no de elección. «La nueva democracia orgánica» es la misma que practicaba Aznar, y que tanto se criticaba.
En su evocación romántica del 15-M sostiene la nueva líder que el pueblo dijo basta y recuperó la política. Es paradójico que se evoque aquel movimiento asambleario que reclamaba participación directa en la vida de los partidos cuando Díaz debe su liderazgo a un proceso de designación, que no de elección ni directa ni indirecta. Nadie ha pedido opinión ni a los diputados de Podemos ni a los militantes de los partidos que forman Izquierda Unida sobre el relevo de Pablo Iglesias. La nueva democracia orgánica es la misma que practicaba Aznar. Primero dijo ‘este es mi hijo amado, se llama Mariano’ y luego ya se hizo un Congreso para que el partido dijera: ‘alabado sea Mariano’.
No obstante, el 15-M nos ha dado a todos una gran lección:
Que debemos aprender de nuestros errores e intentar huir de los “falsos Profetas “ y de los políticos que vienen a “salvarnos”, cuando en realidad son vendedores de “crecepelo” igual que aquellos que recorrían el “ lejano Oeste americano” entre mediados de 1.800 y principios de 1.900.
Fotografía de otro vendedor o charlatán de turno anunciando a bombo y platillo su infalible crecepelo. Glorieta de Bilbao en Madrid, al año 1910.
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