La Policía Nacional detiene al padre de 43 años y de nacionalidad rumana, que tras atrincherarse durante siete horas en una vivienda de Coslada con su hija, amenazaba con matarla y volar el edificio con gas.
Coslada | 4/junio/2022.- La policía Nacional, tras varias horas de negociación, consigue que se entregue el hombre que retuvo varias horas a su hija pequeña en un domicilio de la Avenida Príncipes de España en Coslada (Madrid), y amenazaba con volar el edificio. Los motivos eran que su mujer quería divorciarse de él.
El operativo policial ha terminado con el arresto del padre. La niña sufre un ataque de ansiedad, pero no está herida. El varón se atrincheró reteniendo a una hija suya con un cuchillo en su domicilio de Coslada. A la zona se trasladaron varias unidades policiales, entre las que se encontraban varios negociadores. El hombre reclamaba no divorciarse de su mujer, que se quería separar. Los dos son de nacionalidad rumana.
Según se ha podido saber, la exigencia del ahora arrestado era que su mujer, de 39 años, no se divorcie de él, ya que ésta se quiere separar y la Policía ha confirmado que se trata de un caso de violencia machista. Ambos son de nacionalidad rumana.
El padre se enfrenta ahora a los delitos de detención ilegal, secuestro y malos tratos.
La hija menor, Sara, de 12 años, había logrado escapar saltando a la terraza de la casa de al lado, descalza, en pijama y llorando. La mayor, Miriam, de 15 años, ha permanecido retenida por el padre en el domicilio durante más de siete horas. Ambas se encuentran en perfecto estado de salud, según ha confirmado la Policía.
Los vecinos del edificio de Coslada habían sido desalojados sobre las dos y media de la tarde ante la amenaza del hombre de hacer explotar dos bombonas de butano. A la zona se han desplazado miembros del Grupo Especial de Operaciones y negociadores de la Policía Nacional. También efectivos de los bomberos y ambulancias.
«Ya son horas de angustia para la cría», se habían lamentado Paula y Elisa, dos vecinas de la zona, por la hija que permanecía retenida desde antes de las 11 de la mañana, que es cuando ha llegado la Policía.
Dos compatriotas, Mario y Christian, han explicado que la familia llevaba «una vida normal» y que el padre no bebía alcohol.
«No les conocíamos más allá de los buenos días, buenas tardes», han afirmado María y Julián, que se quedaron con la mesa puesta en casa ante la amenaza de voladura el edificio. «Estamos por aquí picando algo, pero la verdad es que con un caso como este no se tiene mucha hambre. Verla a ella esta mañana destrozada…».
Otros vecinos del bloque, de avanzada edad, sentados en unas sillas de camping les han prestado, apuntan que «era un vecino que no se paraba nunca»: «Viven aquí de alquiler. Casi nadie les conoce».
«Es un hombre alto, fuerte. Yo les conozco. He discutido con él. Un día porque se metió con el jardinero. Fuimos a su casa y yo no sé si es que bebía o es que tiene carácter, pero… hostias», ha señalado otro vecino que tampoco ha querido dar su nombre.
Nicolás, otro compatriota que lo conocía, ha dicho que «le ha debido entrar depresión o algo así, se ha puesto nervioso porque la mujer quería el divorcio», pero que «era tranquilo»: «Yo le veía siempre de paseo con las niñas, pero claro, en su casa quién sabe qué problema tendrán».
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