Amazon-España «Bloquea» a 6.000 vendedores por aumentos injustificados de los precios
San Fernando de Henares.- La directora de la firma de comercio electrónico en España, Mariangela Marseglia, admite un “enorme” aumento de la demanda, frenado por las medidas de seguridad para sus empleados.
“Crisis as usual”: Con estas tres palabras define Mariangela Marseglia (Ostuni, Italia, 1974) la situación actual de su empresa, Amazon, de la que es vicepresidenta y directora general para España e Italia, los dos países de Europa más afectados por el coronavirus. Se refiere a que la firma de comercio electrónico se ha visto obligada a realizar muchos cambios en los procesos y rutinas de funcionamiento, que afectan a la marcha del negocio. Pero muchas otras empresas quisieran estar en su situación: el gigante estadounidense ha registrado, admite, un “enorme aumento de la demanda” —que rechaza cuantificar— por el cierre de tiendas, lo que le convierte en uno de los ganadores de la alerta sanitaria.
Desde el estado de alarma, Amazon.es ha contratado a 1.500 personas más, en su mayor parte para los almacenes. Ha tenido que suplir a “unos pocos” empleados que han contraído la enfermedad y otros que han tenido que quedar en cuarentena. Asegura que a todos ellos se les cubre el 100% del salario y que se les ha recompensado con dos euros extra por hora trabajada desde mediados de marzo hasta el fin de abril.
Ante la polémica desatada por las subidas de precios de algunos productos sanitarios, como mascarillas o guantes, Marseglia sostiene que hacen “todo lo posible”, con herramientas tecnológicas y equipos humanos, para detectar y retirar a vendedores que incrementen precios de forma artificial. “Tenemos tolerancia 0 a esas prácticas, especialmente con bienes como mascarillas o cosas que la gente necesita para estar sana”, asegura, y explica que han bloqueado a unos 6.000 vendedores y medio millón de productos que el algoritmo de la empresa ha detectado como aumentos injustificados de precio.
Marseglia rechaza la demanda de la Confederación Española de Comercio, la patronal del pequeño comercio, de que se prohíba que Amazon u otros operadores puedan vender productos no esenciales, como alimentación o farmacia, como sucede en Francia, donde Amazon está parada. “Amazon y el comercio online son como una línea de vida para muchos consumidores confinados para conseguir lo que necesitan”, afirma y considera legítimo hacerlo si se asegura la seguridad de los empleados. Además, se pregunta: “¿No es esencial para una madre que no puede salir de casa un juguete para su hijo?”.
El incremento del negocio, que CC OO cifra en el 30%, no llega exento de críticas. En la última semana de marzo, la Inspección de Trabajo, tras tres denuncias de CC OO, visitó el macroalmacén de Amazon en San Fernando de Henares (Madrid) y dio tres días a la empresa para subsanar las insuficiencias en materia de seguridad e higiene. El sindicato mencionó “cambios en el diseño del trabajo o mejora en la limpieza y desinfección”. Desde entonces, no se ha paralizado la actividad en ninguno de los centros logísticos de la empresa.
“Hemos cambiado 150 procedimientos en nuestros almacenes para mantener la seguridad”, afirma Marseglia en videoconferencia con EL PAÍS y cita ejemplos como el mayor espacio entre puestos (dos metros), la toma de temperatura, la recomendación y suministro de mascarillas y otros medios de protección, eliminación de la reunión diaria al comienzo de los turnos, aumento de los ciclos de desinfección…
Estas medidas, sostiene, han frenado un poco el crecimiento de la empresa en España, que, como es habitual, rechaza desglosar. “Hemos tenido que ir más despacio de lo normal, si no hubiésemos tomado todas esas medidas, podríamos haber atendido a un mayor aumento de la demanda”, afirma la directiva. El aumento ha sido especialmente significativo en categorías de la cesta de la compra básica, como alimentación envasada, detergentes. La gente ha descubierto la compra online de alimentación con el confinamiento y, aunque es una parte muy pequeña del negocio de Amazon en España, Marseglia no se plantea aumentar su presencia en este sector. “No vemos la crisis de ese modo, no estamos pensando en cabalgar esa ola”, sentencia.
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